I. Una historia de dragones «En mi garaje vive un dragón que escupe fuego por la boca». Supongamos (…) que yo le hago a usted una aseveración como esa. A lo mejor le gustaría comprobarlo, verlo usted mismo. A lo largo de los siglos ha habido innumerables historias de dragones, pero ninguna prueba real. (…) Yo le llevo a mi garaje. Usted mira y ve una escalera, latas de pintura vacías y un triciclo viejo, pero el dragón no está. —¿Dónde está el dragón? —me pregunta. —(…) está aquí —contesto yo moviendo la mano vagamente—. Me olvidé de decir que es un dragón invisible. Me propone que cubra de harina el suelo del garaje para que queden marcadas las huellas del dragón. —Buena idea (…), pero este dragón flota en el aire. Entonces propone usar un sensor infrarrojo para detectar el fuego invisible. —Buena idea, pero el fuego invisible tampoco da calor. Sugiere pintar con spray el dragón para hacerlo visible. —Buena idea, solo que es un dragón incorpóreo y la p...
Ignacio M. Soba Bracesco [Blog de autor - desde octubre de 2007]