El sistema de justicia, a nivel internacional (en mayor o menor medida según las posibilidades locales), se ha volcado a lo digital. Y son muchas las decisiones vinculadas a la tecnología y a lo digital que tienen que tomar a diario por quienes dirigen desde el punto de vista administrativo-institucional el sistema de justicia. [1] El funcionamiento de la oficina judicial y la sustanciación de los procesos jurisdiccionales se vincula, cada vez más, con el entorno y la infraestructura digital. Se abandona la tramitación del expediente físico, en papel, propia de la administración de justicia hasta el siglo veinte, y con ello se abandonan algunos riesgos, mientras otros aparecen. Muchos datos e información -alguna sumamente valiosa- de los jueces, litigantes, fiscales, defensores, auxiliares del tribunal, funcionarios, etc., son registrados, sistematizados, tratados en bases de datos de tipo electrónico, que cuentan con distintos niveles de seguridad. No se puede desaprovechar la ...
Ignacio M. Soba Bracesco [Blog de autor - desde octubre de 2007]